Esta temporada de impuestos, innumerables padres estadounidenses estarán esperando recibir su Crédito Tributario por Hijos. Lo usarán para pagar el alquiler u otras grandes facturas, tal como mi esposo y yo planeamos hacerlo. Es un dinero extra bienvenido que puede proporcionar un colchón para emergencias o simplemente ayudar a cubrir los muchos gastos cotidianos que conlleva criar a los hijos.
Incluso para las familias de clase media, salir adelante en Colorado se está volviendo difícil. Cuando la Colorado Health Foundation les preguntó, los habitantes de Colorado dijeron que su principal preocupación es el aumento del costo de vida.
Una familia de dos padres con un bebé y un niño en edad preescolar que vive en el área metropolitana de Denver debe ganar $9,995 al mes para cubrir sus necesidades básicas, y los créditos fiscales juegan un papel importante en la cobertura de esos gastos.
Los créditos fiscales y el código fiscal en sí son partes críticas de la red de seguridad social. Son estrategias probadas para ayudar a estabilizar financieramente a las familias y, para los beneficiarios del Crédito por Ingreso del Trabajo (EITC, por sus siglas en inglés), reducir significativamente la tasa de pobreza infantil. Esa es exactamente la razón por la que se crearon estos créditos fiscales. Sin embargo, el 28% de las familias elegibles en Colorado no reclaman el EITC y, a nivel nacional, las familias de 2.3 millones de niños no recibieron el Crédito Tributario por Hijos ampliado al que eran elegibles durante la pandemia.
Cuando se trata de beneficios públicos, programas como SNAP, asistencia en efectivo o Medicaid, más de $60 mil millones quedan sin reclamar cada año en los EE.UU. Esto es especialmente preocupante porque los investigadores del Urban Institute han hecho los cálculos y han descubierto que la participación total y la financiación completa de los beneficios podrían reducir drásticamente la pobreza.
